Héctor Creparula: “El crecimiento no puede detenerse, sino que debería seguir un esquema amigable con el entorno”

Continuando el ciclo de entrevistas Tandil BI+, Héctor Creparula deslizó algunas reflexiones sobre el crecimiento de la ciudad y las consecuencias que se evidencian en el territorio.

Héctor Creparula
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Mano a mano con Héctor Creparula

El director de ambiente, Héctor Creparula, dialogó con nuestra redacción en los últimos días y aseguró que el crecimiento urbano siempre tiene un impacto, y que “lógicamente Tandil no escapa a esta realidad que en si es mundial”.

Ante esta afirmación, el director de ambiente subrayó que, “el crecimiento no puede detenerse, sino que debería seguir un esquema amigable con el entorno. Algo que no figura en ninguna política de planificación urbana sacando algunos escasos ejemplos. Todo lo que se intenta es remediar posteriormente a las obras. Esto no es una propiedad de Tandil, sino que se puede ver en todas las urbes”.

“De hecho se puede apreciar cómo han cometido errores las grandes ciudades que luego repiten las ciudades intermedias y que van a repetir pequeñas ciudades que van creciendo” y aclaró que, “esto es porque el plan de urbanización se rige por normativas que no contemplan prácticamente nada en materia ambiental”.

Materia pendiente en la política

Héctor Creparula esclareció el marco normativo, y compartió algunas de las medidas que se toman respecto al impacto medioambiental debido al crecimiento de la ciudad. “En principio lo más desarrollado se da en materia de normativas. Existe una legislación provincial y luego hay normativa local”.

En lo que respecta a la provincia hay mucha normativa obsoleta y hay faltante de normas que regulen temas que le son de mucho interés a la población (aplicación de productos fitosanitarios por ejemplo). afirmó el funcionario.

Y en paralelo, destacó que, “nuestra ciudad cuenta con varias ordenanzas nuevas (aplicaciones, RAEEs, residuos urbanos, etc.) pero entiendo que no hay una normativa marco que marque un camino de que es lo que tenemos que tener en cuenta en cuanto al crecimiento de la ciudad, como crecer, hacia donde, en qué condiciones etc.”

Respecto a este marco regulatorio, consideró que a futuro “debe pensarse otro tipo de contralor en lo que respecta a los grandes temas, es materia pendiente en la política en general los sistemas de control”.

“Si no se ordena el crecimiento urbano, pasa a ser el mayor problema ambiental a futuro de la ciudad”

Creparula describió al ambiente como dinámico, y recordó que las normativas y la forma de vida “muchas veces tiende a ser estático” continuando con su reflexión sobre la problemática que presenta el crecimiento urbano.

En este punto, se refirió al compromiso por parte de los habitantes de Tandil, y expresó, “hace algunos años no se hablaba de algunos temas y hoy son centrales. Por otro lado, a veces quedan en nuestra conciencia problemas que realmente no tiene la magnitud que merecen y se dejan de lado otros que a mi modo de ver son más importantes. Volviendo al ejemplo del crecimiento urbano, si no se ordena pasa a ser el mayor problema ambiental a futuro de la ciudad. ¿Como se ordena? Con leyes que tengan en cuenta el ambiente, parece simple pero no lo es, porque no se tiene en cuenta”.

“Cualquier normativa de construcción o desarrollo de servicios o lo que fuera que respecta al ordenamiento de usos de suelo no contempla el ambiente con una mirada que tenga que ver con el impacto que generamos cuando crecemos” reflexionó el director de ambiente, y añadió, “no puede ser sólo la variable metros cuadrados cubiertos y libres la única que intente moderar el impacto”.

Para concluir su reflexión, Héctor Creparula apuntó a la regulación en el crecimiento de infraestructura, y aseguró que sería viable “con un plan de ordenamiento territorial que marca ciertas pautas”, y explicó que, “otras se regulan a nivel provincial. En ambos casos son leyes que deben ser retocadas en función de cómo han avanzado el crecimiento de la ciudad sobre áreas rurales, serranas, etcétera.”

Un repaso por el estado actual y la Red Punto Limpio

Ampliando el diálogo con nuestro portal, el director de Medioambiente detalló gran parte de las actividades que realizan desde la Dirección, confirmó que las tareas son variadas y que “abarcan diferentes temáticas, en lo que respecta a la economía circular, tenemos a cargo la red de puntos limpios que abarca 6 estaciones fijas, 15 barrios y 11 puntos limpios escolares”.

“Tenemos a nuestro cargo parte del contralor de ordenanzas locales como así también provinciales. Desarrollamos legislación a nivel local o somos parte activa en ordenanzas junto a la comisión de producción y medio ambiente. Llevamos adelante un programa de educación ambiental que tiene casi 20 años con un alcance de más de 1000 alumnos anuales. Estamos a cargo del CEPRAEE, uno de los únicos dos centros de pretratamiento de aparatos eléctricos y electrónicos habilitados en la provincia de buenos aires. Somos parte de gran variedad de mesas de trabajo interdisciplinarias, de diversos proyectos público/privados y con la UNICEN” enumeró Héctor Creparula.

Y, para redondear la lista de actividades que llevan adelante, comentó que “estamos en constante desarrollo de proyectos como el próximo de un espacio de gestión de residuos de poda”.

En paralelo, se refirió al área que representa el planeamiento territorial de las sierras, y expresó que, “solo en lo que respecta a la corrección de evaluaciones de impacto según leyes provinciales y como consultores en ciertos temas, con consulta la comisión municipal de gestión territorial a cardo de la Dirección de Desarrollo Urbano”.

“Hay tres maneras de medir el impacto de la red de puntos limpios”

A continuación, Héctor Creparual describió que “la primera y quizás la que más se consulta es la ambiental. Medido en toneladas que se ahorran en el relleno. Si bien es un desarrollo neto de esta Dirección y si consideramos que de las 28 toneladas diarias que podría recuperarse en nuestra ciudad los puntos limpios ya captan unas seis diarias diríamos que es de un gran impacto positivo. Al relleno ingresan 130 toneladas diarias y muchas veces se cae en el error de pensar que los puntos con seis no generan ningún cambio. Pero los cinco debes ser contadas sobre las 28, ya que el resto es orgánico o descarte”.

En segundo lugar, se refirió al impacto económico “puesto que son toneladas que en vez de que el estado pague por destinar al relleno son aprovechadas por diferentes instituciones sociales de la ciudad”.

El tercer punto a considerar a la hora de medir el funcionamiento de esta red, según Creparula es el social “es el mayor impacto porque hoy son siete organizaciones las que se ven beneficiadas con los materiales y que están generándole no solo ingresos, sino que se les incrementó el medio empleo que esto genera. Cerrando el circuito de ´economía circular’”.

Para finalizar, Héctor Creparula aseguró que el beneficio se ve reflejado “de manera directa en el Taller Protegido, CIANE, Asociación Punto Verde, Cooperativa de recicladores del MTE, Asociación Libres del Sur, COPRAEE, y una gran cantidad de pequeños emprendimientos surgidos con materiales o bien gastronómicos a partir de la recuperación de frascos de vidrio”

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