Balance y panorama del sector turístico al cabo de dos años de pandemia

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El sector turístico y el desafío de recuperarse

En Argentina el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio comenzó el 20 de marzo de 2020 y, si bien con el correr del tiempo fue modificándose, hoy en día no se ha vuelto a la normalidad o mejor dicho a la “antigua normalidad”.

Desde cierres totales, confinamientos y aperturas con determinada cantidad de aforos, han sido algunas de las restricciones que los argentinos han sufrido.

En estos casi 19 meses de pandemia, producto del COVID 19, muchos propietarios de negocios de distintos rubros y actividades se han visto afectados a tal punto que debieron cerrar sus puertas. Mientras que otros, aunque se endeudaron, pudieron mantener su fuente de ingresos.

Con la intención de hacer un balance y una diferenciación entre los efectos de la pandemia y las medidas restrictivas entre lo acontecido durante 2020 y durante 2021, desde Enfoque de Negocios dialogamos con Nicolas Funaro, actual Presidente de la Asociación de Hoteles, Restaurantes, Bares, Confiterías y Afines de Tandil, quien comentó acerca de los diferentes aspectos que han atravesado en estos últimos tiempos.

 

Teniendo en cuenta factores como lo económico, las restricciones y el funcionamiento del sector, ¿qué diferencias podes hacer entre la pandemia del año pasado y la de este año?

Teniendo en cuenta el contexto de pandemia mundial producto del inesperado brote de COVID-19, analizaría este punto desde cómo afectaron al sector Hotelero Gastronómico y a los Eventos los cierres sufridos por las distintas etapas de restricciones impuestas desde los estados Nacional, provincial y municipal, y las consecuencias socioeconómicas que impactaron en la población.

El primer confinamiento decretado en marzo 2020 encontró al sector con dificultades económico-financieras, pero en un momento de alta demanda de la actividad producto de la estacionalidad del año. Esto provocó la cancelación de reservas (especialmente las correspondientes a Semana Santa) con la consecuente devolución de importes adelantados. Luego, el hecho de no tener un horizonte claro para una reapertura hizo que muchos establecimientos comiencen a plantearse el cierre de actividad cómo una alternativa, aclarando que la subsistencia se realizó con un alto endeudamiento y con mucho esfuerzo personal y familiar por parte de cada socio. Así llegamos al mes de diciembre para lograr una reapertura paulatina del sector.

Nuestro sector, tan dinámico para la economía, no está preparado para un cierre. Los alojamientos no cierran nunca y en la gastronomía los cierres son por períodos mínimos de tiempo, esto hizo que nos encontremos con estructuras que se ven resentidas por la falta de uso.

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Acumular deudas fue una constante en esos meses y sin dejar de destacar que, en la mayoría de los casos, los emprendimientos son de neto corte familiar, lo que hizo que nos veamos sin ingresos para subsistir. Aunque hubo ayudas por parte de los estados, nunca alcanzaron a cubrir un mínimo de los altos costos de funcionamiento de este tipo de negocio.

Durante este tiempo de cierre no debemos pasar por alto que cada establecimiento tuvo que solventar el costo de adaptación a todos los protocolos para poder volver a funcionar.

La reapertura encontró en situaciones disimiles a la hotelería de la gastronomía. Mientras los alojamientos tienen a sus clientes fuera de la ciudad vieron en esto una demanda muy disminuida por los problemas de circulación, y la gastronomía, si bien pudo trabajar con público local, los aforos de hasta el 30% generaban ingresos que en algunos casos no ayudaban a cubrir costos. El delivery fue el primer recurso para gastronomía, pero al no estar todos preparados para ese formato en el mejor de los casos representó un 15% del volumen de trabajo respecto de una etapa de normalidad.

El segundo confinamiento posterior a Semana Santa 2021, no era esperado por el sector y fue recibido con mucha desazón ya que durante la apertura posterior a diciembre se había comprobado que gracias al cumplimiento de todos los protocolos nuestro sector no fue un ámbito de contagio.

No obstante, en todo momento hemos acompañado las medidas decretadas por el estado, sin dejar de gestionar en todos los niveles en pos de lograr la reactivación de todos los establecimientos, con la recuperación de las fuentes de trabajo.

 

¿Qué medidas se tomaron para hacerle frente en ambos años? ¿Se modificaron en algún momento?

Por parte del Estado Nacional desde el mes de abril 2020 se implementó el Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción ATP que asistió a un porcentaje de los salarios, y entre FEHGRA (Federación Empresaria Hotelera Gastronómica de la República Argentina) y UTHGRA (Unión de Trabajadores del Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la República Argentina) se suscribió un acuerdo estableciendo un Régimen de Suspensiones en los términos contemplados en el artículo 223 bis de la Ley de Contrato de Trabajo. Estas fueron medidas que se extendieron en los meses y ayudaron a transitar la peor parte.

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También hubo una línea de crédito a tasa cero y un Fondo de Auxilio y Capacitación Turística (FACT) del Ministerio de Turismo de la Nación y una asistencia desde provincia a través del Catálogo de Cultura y Turismo.

Hubo que establecer negociaciones particulares para los casos de establecimientos que funcionan en propiedades alquiladas, y aquí en muchos casos se encontró el entendimiento de los propietarios de los mismos, en algunos casos con quitas y en otros con postergación de pagos.

Si bien todo esto fue una ayuda y un paliativo, nada hubiera sido suficiente sin la afectación de esfuerzo y recursos personales. El nivel de endeudamiento con que ha quedado el sector es muy alto.

 

¿Su peor momento fue durante el año pasado o este?

Sin dudas el peor momento fue durante el año 2020 porque además de toda la crisis económica que afrontamos en particular, todos nos vimos afectados por la crisis sanitaria.

 

Actualmente, ¿los precios de los alquileres se normalizaron como antes de la pandemia?

En cuanto a las tarifas entendemos que recién ahora se están pudiendo equilibrar los costos de las mismas.

 

¿En cuál de estos dos años de pandemia tuvieron más concurrencia de turistas?

Puntualmente analizando el sector de alojamientos, recién en vacaciones de invierno empezamos a notar una recuperación promedio de los niveles de ocupación que está siendo sostenido y estimamos que puedan mantenerse en la temporada de verano, algo que es muy necesario para lograr una recuperación.

Nuestra rama económica representa aproximadamente un 12% del producto económico de la ciudad con una alta demanda de puestos de trabajo, por ello celebramos el acompañamiento que hemos tenido de la sociedad tandilense en todo momento.

 

Es importante destacar, como ha mencionado Funaro en esta entrevista, que el sector a pesar de sobrevivir a esta pandemia de casi dos años, ha quedado fuertemente endeudado.

Por el momento, deben aprovechar las nuevas disposiciones por parte del gobierno nacional que suponen una mayor permisividad y tratar de recuperarse de cara al futuro.

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