Refugio cultural: “Partir de cero significa activar la empatía”

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Centro Cultural La Compañía y la batalla cultural

La Feria Creativa del Centro Cultural “La Compañía” podrá disfrutarse este mes, los domingos 7, 14 y 21 de 17:00 a 21:00. Surge como una iniciativa, desde la reflexión interna por parte del espacio, durante el primer año de pandemia. Como una suerte de refundación de una referencia insoslayable del barrio de La Estación que cumple este año su 10° aniversario. ENE dialogó con Patricia Castillo, profesora de Historia de las Artes y gestora cultural de Centro.

Castillo, que asumió el desafío de gestionar en tiempos de gran incertidumbre, relata cómo nace la propuesta: “La Feria Creativa surge como una iniciativa de reflexión interna por parte del espacio en principio, y luego comprendiendo que el contexto de la pandemia nos ha afectado gravemente a todos, a todas, a todes, y que debíamos en el momento en el que fuera necesario o en el momento en el que lo permitieran las circunstancias sanitarias de la ciudad hacer una apertura, darle una bienvenida a la comunidad de manera segura sobre todo, con los protocolos estrictamente elaborados, pero siempre pensando en que durante la pandemia todos perdimos algo de alguna manera. Hemos perdido millones de personas alrededor del mundo, hemos tenido problemas de distinta índole, en nuestra intimidad, con nuestras familias. Hemos pasado un proceso y estamos todavía hoy pasando un proceso muy difícil en el que simplemente la responsabilidad y los cuidados básicos nos van a ayudar a salir más rápido de esta situación. Así que viendo todo este contexto y bajo toda esta reflexión se propuso a la Comisión Directiva realizar esta Feria, por un lado conmemorando los 10 años de La Compañía pero por el otro ofreciendo un espacio seguro, y un espacio ya reconocido a feriantes, sobre todo nuevos y a emprendedores, emprendedoras, en donde puedan ofrecer sus productos sin tener la presión de tener que pagar algún dinero. Ofrecimos y ofrecemos durante esta Feria Creativa el espacio de manera gratuita, sin ningún cobro a los feriantes y a los artistas con una retribución a la gorra, acerca de la cual tampoco tenemos ninguna intervención más allá de ofrecer las palabras y la bienvenida a las personas que confían en el espacio del Centro Cultural”.

 

Partir de cero

“Nosotros como Centro Cultural también nos hemos visto seriamente afectados porque tuvimos un cierre muy prolongado, tuvimos actividades que no se pudieron ejecutar, talleres con muy poco público o que definitivamente perdieron el público y es partir de cero. Pero también qué significa partir de cero, partir de cero significa activar la empatía, y esta activación de la empatía nos lleva a la decisión de ofrecer la Feria con estas características solidarias para que la recuperación de nuestro espacio implique necesariamente la recuperación de las personas que hacen parte del espacio, que quieren hacer parte del espacio, porque son ellas, son las personas, es la comunidad, es la sociedad la que hace que el espacio del Centro Cultural tenga un patrimonio. No somos como un museo, que los museos dentro de su patrimonio tienen una colección, tienen un conjunto de objetos a los cuales patrimonializa. Nosotros somos un Centro Cultural y como Centro Cultural somos absolutamente conscientes de que el principal patrimonio que tenemos son las personas que visitan el Centro Cultural, y que hacen uso del Centro Cultural, entonces la reactivación tenía que darse bajo esos términos, un término de máxima accesibilidad, donde nosotros podamos dar lo mejor de nosotros, las mejores condiciones inclusive mejorando las instalaciones en la medida de lo posible para que la Feria sea atractiva, para que la gente convoque más personas y sea un punto de referencia que creo que es lo que se ha logrado en este corto tiempo, y que esperamos que durante el verano tenga constancia”.

En relación al perfil de quienes están participando en la Feria, Patricia explica que “En su mayoría son mujeres. Hemos tenido la fortuna de recibir propuestas de todo tipo. Son emprendedoras, emprendedores, que algunos hicieron una activación, justo estaban empezando sus emprendimientos este año, y algunos se presentaron por primera vez de manera física en un espacio porque no contaban con eso. Entonces tenemos emprendimientos nuevos de ropa, de remeras. Tenemos por ejemplo E7clothes, Mal Genio, que son dos emprendimientos que no tienen un espacio físico pata exhibir y que han estado muy entusiasmados con venir a la Feria sobre todo porque la Feria les ofreció un contexto en el que pueden ser conocidos más allá de las redes sociales”.

“Tenemos emprendedoras y emprendedores que realizan sus productos a mano, desde crochet, encuadernación, pinturas. Hemos tenido obras de arte, arte digital de muy buena calidad, obra de arte bidimensional en acrílico, productos comestibles – en este caso todos tienen que tener el aval de Bromatología-. Emprendedores que trabajan con productos orgánicos, que trabajan con plantas y plantines, estimulando el autocultivo en casa, de la huerta en casa”.

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Requisitos para participar. Hacerse parte de la comunidad.

“Lo que buscamos en los emprendedores, y lo que hemos encontrado en realidad –indica Castillo-, porque hemos aceptado en nuestra convocatoria a toda persona que se haya presentado, es que se hagan parte de la comunidad y que su emprendimiento sea emergente. Que pueda ofrecer y pueda brindar a la gente un acceso mucho más responsable al consumo. No siempre conocemos a la persona que produce los objetos que usamos cotidianamente. No conocemos generalmente a la persona que confecciona nuestra ropa o que prepara nuestra comida, o al que planta nuestra comida. Y en este caso en la Feria es un acceso directo desde la persona productora al consumidor. Esa es una característica muy importante, muy interesante de los emprendedores y emprendedoras que han estado en la Feria, que son en su mayoría productores primarios, y aquellos que no lo son tienen emprendimientos muy novedosos. Por ejemplo lo hay de libros pero en donde los libros tienen una curaduría, generalmente tiene que ver con la Ley de Educación Sexual Integral, con las identidades de género, la maternidad responsable, tienen que ver con parte de los valores que compartimos en nuestro espacio. Entonces están Las Fuegas, que trabajan con la copita menstrual pero también tienen libros que educan con respecto a la menstruación. Tenemos una emprendedora que es Cecilia que tiene SentíAprender que son libros sobre identidad de género, para la ESI, que son muy interesantes”.

“Es un grupo muy variopinto, pero creo que de alguna manera responden a los valores del Centro Cultural y esa articulación hace que sea muy fácil estar ahí y acompañarlos todo el tiempo”.

“Los requisitos son mínimos, las personas tienen que presentar su nombre completo, el de su emprendimiento, y algunas fotografías del mismo. Tenemos la restricción para lo que son comestibles que tienen que tener la autorización de Bromatología. Para todo lo demás se hace la recepción después de la propuesta, se miran los productos, se trata de que no hay mucha repetición”.

 

Adaptación del espacio

Una de las principales transformaciones del Centro Cultural se vincula al manejo del espacio físico y la capacidad estipulada por el protocolo sanitario, lo que incide en la cantidad de feriantes que pueden albergarse.

“La adaptación del espacio –describe Castillo- ha sido mejorar la iluminación exterior porque la actividad de la Feria se realiza en esa parte, hemos tenido que conseguir alcohol, exigir los protocolos a todos los feriantes, cada uno tiene que tener su alcohol en gel, u otros pertinentes, que inviten a la gente a usar los protocolos, recomienden el uso correcto del barbijo, generar esa pauta de educación. Accesibilidad a los baños, contar con los metros cuadrados necesarios en función de las personas, invitar a la gente a mantener el distanciamiento social. Invitar a la gente a tener conciencia de que las relaciones y los vínculos en este tipo de espacio han sido modificados pero no trastocados. Hay una modificación en el trato pero eso no trastoca los valores de contacto y de cercanía, en el sentido emocional. Obviamente indicadores visuales. Tomamos un listado de las personas que asisten, sobre todo de los feriantes”.

“Ha sido satisfactorio el proceso, la gente respondió muy positivamente al llamado de los cuidados, hemos evitado también el consumo de cigarrillo dentro de las instalaciones porque consideramos que es un riesgo innecesario en estas circunstancias de pandemia”.

 

De las puertas cerradas a los encuentros con la comunidad

El tránsito de la inactividad a la reapertura implicó un proceso, que Castillo define como muy complicado: “Fue encontrarse con reglamentaciones sesgadas, o con falta de reglamentación por parte del municipio. Hicimos parte de la Asamblea de Trabajadoras y Trabajadores por el Arte y la Cultura, participamos en los debates de los protocolos al aire libre, los protocolos de eventos culturales, y a pesar de haber mantenido un contacto comunicativo con el municipio, nada de lo que se habló se vio reflejado en los protocolos. Esperábamos más, y fue muy desgastante entrar en el debate de qué hacer y cómo hacerlo, porque el nivel de reflexión de las instituciones públicas que deberían manejar los protocolos para espacios culturales tuvo bastante inacción y demora respecto a lo que era el contexto. Creo que necesitábamos mayor velocidad, mayor celeridad para muchísimas cosas y eso fue bastante complicado, llegar a un punto de negociación, a un punto de diálogo en donde pudimos de pronto expresar algunas dudas, algunas inconformidades, pero no sin un feedback y que eso no se viera reflejado en los protocolos, fue bastante frustrante. Pasamos por muchos momentos de frustración, en donde llegamos a convocar a talleres y hubo otra vez cierre, en donde recibíamos propuestas y sólo hasta estas fechas hemos podido dar respuesta a propuestas que teníamos desde el año pasado. La gente ha podido tener un poco más de entusiasmo para participar en talleres y actividades pero hubo un desgaste emocional, creo que por parte de los miembros del Centro Cultural, que es propio de las personas, que nos atravesó a todos en la sociedad. Pero bueno sacar la cabeza y poder reactivar estos encuentros con la comunidad ha sido muy satisfactorio, estamos muy contentos y queremos apostar a muchas cosas más”.

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Proyectos y formas de financiación

La gestión durante este período ha estado estrechamente relacionada a la presentación de proyectos y propuestas a distintas instituciones públicas principalmente, en todos los niveles: municipal, provincial y nacional, para obtener recursos que permitieran volver a funcionar en forma óptima.

“Obviamente tenemos todavía algunas cuestiones vinculadas con los costos de funcionamiento que tenemos que ir solventando, pero hemos recibido un fondo por parte de provincia que ha resultado muy importante para la activación de la Feria y para el mejoramiento exterior. La gente se ha acercado a preguntar si pueden aportar algo, sobre todo artistas, que ofrecieron alguna actividad, entonces creo que parte de la gestión tiene que ver con la búsqueda de recursos y la búsqueda de posibilidades para activar más posibilidades, como para que eso no se quede en el espacio, sino que vaya para otros lugares. Los modos de financiamiento son un punto clave que hemos empezado a tener más en cuenta. Antes se recibían muchas negativas, entonces hemos pulido, hemos mejorado las estrategias para la presentación de proyectos o actividades, eso ha sido muy favorable. Y estamos a la expectativa de la recepción de respuestas de algunos proyectos que presentamos para ver si podemos conseguir financiación, respecto a ideas y formulaciones como talleres, actividades y programas de radio que involucran por ejemplo la reflexión sobre la violencia de género, la nueva Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, la ESI que siempre es un tema importantísimo, la Ley de Identidad y otros aspectos. Es un gran mundo, un gran universo el que tenemos en nuestro Centro Cultural”, sostiene Castillo.

 

Nuevo mural

Uno de los proyectos más significativos de este 2021 es “Máxima Resistencia: es posible porque lo hacemos posible”, cuya convocatoria está abierta hasta el 15 de febrero. “Desde agosto estábamos tratando de gestionarlo, buscando presupuestos, pintura, artistas, sin tener un presupuesto mínimo porque somos una institución sin fines de lucro y realmente, cuando tenemos algún dinero es para invertirlo en el sostenimiento del espacio y digamos no hay una capacidad de ahorro como para decir vamos a hacer un proyecto x y es complicado, esa es una realidad. Desde agosto, para la conmemoración de los 10 años del Centro Cultural, surgió la propuesta de renovar el mural que está bastante deteriorado en el margen derecho de la fachada. Se fue produciendo la idea pero todo estaba en el papel porque no contábamos con los recursos físicos y materiales para ejecutarlo. Conocemos muchos artistas que nos asesoraron por ejemplo con la limpieza, los pasos iniciales que va a haber que tomar para la modificación del mural y para la creación de uno nuevo, como Lucrecia Lunar, Paula Aldea, Natalia que trabaja con los murales del municipio que nos dio una información muy valiosa. Nos dieron como pequeños tips de muralismo. Lo que hicimos en el momento en el que salió el Fondo Impulso Cultural fue presentarnos como Centro Cultural pero también como proyecto artístico, así presentamos el mural de los 10 y lo nombramos Máxima resistencia es posible porque ha sido como rasguñar las piedras para sacarlo adelante. Recibimos finalmente un subsidio de 15 mil pesos que se va a distribuir 10 mil pesos en los materiales y 5 mil pesos para el honorario de los, las o les artistes que vayan a participar en la creación del mural. Sabemos que es poco, nos gustaría que fuera más sobre todo el honorario para el artista pero bueno es lo que obtuvimos a través de este recurso y esperamos que la convocatoria pueda estimular a los artistas de la ciudad y podamos tener un resultado que refleje las cualidades del Centro Cultural en 10 años de trayectoria, que nos ayude a tener como un espacio más para comunicarle algo significativo a la gente, que nos haga más visible hacia el exterior, en términos prácticos, porque hay gente que circula cerca y que no lo conoce, y al ver actualmente la fachada no encuentra una relación con el Centro Cultural. Es como una activación a nivel visual y representativo para que la gente vea que nuestro Centro Cultural está ahí en Alsina 1242.

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