¿Qué tener en cuenta al armar una cartera de inversión?
Conceptos básicos y repaso de los activos ideales según objetivos propuestos
Conformar una cartera de inversión es un proceso que requiere planificación y conocimiento del contexto financiero. No es solo cuestión de elegir activos; la macroeconomía, la situación de los mercados y los ciclos económicos también influyen directamente en los rendimientos esperados y los riesgos asumidos.
En el mercado de capitales, los actores principales son empresas y estados, y su comportamiento depende en gran medida de factores globales como el estado de la economía, la política monetaria y eventos inesperados (como la pandemia de COVID-19 o conflictos internacionales). Por eso, entender en qué momento económico estamos es clave. Por ejemplo, en una recesión, sectores como el turismo tienden a sufrir, mientras que los productos de primera necesidad suelen mantenerse más estables. Así que identificar en qué ciclo está el mercado puede marcar la diferencia en los resultados de una inversión.
Definir Objetivos: Horizonte Temporal, Riesgo y Rentabilidad
El punto de partida para cualquier decisión de inversión debe ser el clásico “triángulo de la inversión”: horizonte temporal, riesgo y rentabilidad. Al definir objetivos, el inversor establece los tipos de activos que mejor se ajusten a sus necesidades. ¿Es un ahorro a corto plazo, como unas vacaciones, o es para la jubilación? Este tipo de preguntas ayudan a elegir entre opciones más seguras y conservadoras, o aquellas de mayor riesgo y potencial rentabilidad.
Opciones de Inversión Según el Objetivo
Renta Fija en Pesos: Alternativas al Plazo Fijo
Para quienes buscan una tasa en pesos de corto plazo, existen instrumentos de renta fija que ofrecen mejores rendimientos que un plazo fijo asumiendo igual o menos riesgo:
Cauciones Bursátiles: Son depósitos a plazo con vencimientos de hasta 30 días que garantizan el capital y pagan una tasa fija. Actualmente con tasas que llegan hasta el 42% anual.
LECAP: Emitidas por el Estado argentino, son de corto plazo y se adquieren a un precio menor al nominal. Al vencimiento, el inversor recibe el valor total de la letra. Actualmente podemos encontrar todavía rendimientos de hasta 44% anual.
Ganarle a la Inflación: Bonos Ajustados por CER
Para quienes buscan proteger su inversión de la inflación, los bonos CER ofrecen una opción atada al Índice de Precios al Consumidor (IPC). Por ejemplo, el TX26, en los precios actuales rinde inflación + 10%. Estos bonos, ideales para un plazo medio, aseguran al menos una compensación real en términos de poder adquisitivo.
Renta Fija en Dólares: Bonos Corporativos y-o Soberanos
Obligaciones Negociables (ONs): Emitidas por empresas para financiarse, ofrecen tasas fijas en dólares y son adecuadas para perfiles moderados – conservadores. Los plazos pueden extenderse hasta 10 años, y el riesgo depende de la capacidad de pago de la empresa emisora. Actualmente podemos encontrar retornos en torno al 8% anual en dólares. Es importante destacar que estos bonos se pueden adquirir tanto en pesos como en dólares, y siempre, independientemente de la moneda de compra, obtendremos dólares.
Bonos Soberanos: Emitidos por el Estado argentino, estos instrumentos ofrecen rendimientos superiores a las obligaciones negociables debido al riesgo inherente del emisor. Son una opción para perfiles agresivos que buscan rentabilidad alta. Actualmente los rendimientos están en torno al 15% anual.
Capitalización en dólares a largo plazo: Acciones y CEDEAR:
Las acciones y CEDEAR representan la tenencia de capital en una empresa, local o internacional, respectivamente. Estas inversiones son adecuadas para perfiles agresivos dispuestos a asumir la volatilidad, ya que tienen un potencial de alta rentabilidad a largo plazo. Mientras las acciones reflejan empresas nacionales, los CEDEAR permiten diversificación en empresas extranjeras sin necesidad de contar con cuentas en el exterior.
ETFs: Una Alternativa Diversificada a las Acciones Individuales
Para quienes buscan exposición en renta variable, pero sin la volatilidad de estar invertido en una sola empresa, los ETFs (fondos cotizados en bolsa) son una excelente opción. Al invertir en un ETF, el inversor adquiere una pequeña parte de una “canasta” de empresas, obteniendo diversificación y liquidez.
En Resumen:
Objetivo de corto plazo en pesos: LECAP o cauciones bursátiles.
Seguir el índice CER y ganarle a la inflación: Bonos ajustados por CER.
Renta en dólares: ONs para perfiles conservadores y bonos soberanos para agresivos.
Capitalización en dólares de largo plazo: CEDEAR o acciones para perfiles agresivos y ETFs para inversores más conservadores.
Armar una cartera es una mezcla de análisis y estrategia. Definir el horizonte temporal, el riesgo aceptable y la rentabilidad esperada guiará la selección de instrumentos que mejor se adapten a las metas del inversor.
* Bernardo M. Rubel
Asesor Financiero Idóneo CNV – M.P. 2194
Experto en Mercado de capitales (UTN)
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